Conocimientos previos. Los conocimientos previos, el cimiento de todo lo que aprenderé

Niveles de análisis: 3 - Ecosistema Grupo/clase

La evidencia en la práctica

Los conocimientos previos, el cimiento de todo lo que aprenderé

La prueba aplicada

Para tratar la importancia de los conocimientos previos no podemos separar los términos aprendizaje y emociones, puesto que dependiendo de las vivencias y de las experiencias que ha tenido el niño, si vive en un entorno en el que se valoran el arte, la cultura y la educación, si ha disfrutado de unas relaciones respetuosas y si percibe que la familia cree en sus capacidades y lo explicita en positivo, ello repercutirá en su aprendizaje.

Este es un camino de no retorno en el arte de aprender, puesto que a medida que el niño va entendiendo lo que aprende, que recoge frutos de estos nuevos aprendizajes y que es capaz de explicarlos, compartirlos y relacionarlos con otros aprendizajes, este niño o niña disfrutará de una buena autoestima y, por lo tanto, se vehiculará positivamente hacia el aprendizaje.

Asimismo, hay que poner de relieve la fuerza que puede tener un grupo clase cohesionado, respetuoso y con ganas de aprender unos de otros, y para ello es necesario que los docentes invirtamos tiempo y pongamos energía en conseguirlo, porque un sistema es de calidad si es inclusivo, es decir, si es para todos y todas.

¿Cómo podemos los docentes saber qué conocimientos tienen nuestros niños y niñas?

Cuando queremos iniciar un proyecto de aula o queremos codiseñar con niñas y niños una propuesta de aprendizaje, es necesario que unos días antes averigüemos qué saben, y conseguirlo es tan sencillo como plantear la pregunta abiertamente mediante una conversación, preferiblemente sentados en corro, e ir documentando sus aportaciones, fijándonos en los niños que dicen muchas cosas y que por lo tanto, como ya las están compartiendo con el grupo, habrá que empezar a partir de estos conocimientos ya adquiridos; pero también no hay que olvidar averiguar por qué hay niños que no dicen nada y saber si es que no tienen conocimientos sobre aquello en lo que queremos profundizar o si no se sienten con suficiente seguridad para trasladarlos públicamente. En el segundo caso, habrá que buscar un pequeño espacio personal para ir recogiendo también sus ideas previas o, si no tienen, será necesario tenerlo identificado para llevar a cabo un acompañamiento más cuidadoso o buscar compañeros que puedan trabajar de manera cooperativa con ellos.

A principios de curso, muchos docentes tendemos a realizar evaluaciones iniciales, pero lo importante es aprovechar esta evaluación –que no tiene por qué ser una prueba por escrito– para avanzar en el conocimiento, para reestructurar la base que teníamos planteada para aquel curso, para compartir lo que hemos detectado con las familias y, sobre todo, para compartirlo con los niños de manera individual, puesto que deben ser ellos quienes tienen que saber de dónde parten. Por lo tanto, esta evaluación no debería quedarse en un hecho aislado, sino que habría que ir evaluando de manera continua para compartir, ayudar y reestructurar todo lo que vayamos viviendo dentro del aula, ya que los conocimientos previos no se concretan solo en esta fase inicial; por el contrario, deben tenerse en cuenta en toda la serie de actividades que se llevan a cabo al comenzar un nuevo aprendizaje.

Bibliografía

Ruíz, H. (2020): ¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza. Barcelona. Graó.

Autora

Noa Padín Pujoldevall

Equipo de transformación educativa del Consorci d’Educació de Barcelona

npadin@xtec.cat

Evidencias relacionadas
Prácticas relacionadas